Tarea 4

Siguiendo con la noticia enlazada en la tarea 1, respecto a cómo afecta la maternidad (o posibilidad de la misma) a la empleabilidad de la mujer, y siguiendo con la reflexión que incidía en cómo esto era el principal foco de discriminación laboral entre hombres y mujeres, voy a intentar seguir en la misma línea, aún sabiendo que hay muchos “peros” en la política que voy a elegir al ser en mi propio Ministerio, y por tanto no tiene un efecto real en la propia empleabilidad aunque sí afecta en otros aspectos, como el desarrollo de la carrera profesional. 

Voy a hablar de la guardería gratuita. De base, en los tiempos que corren, hay quien considerará esta asociación como algo intrínsecamente machista al asociar crianza con mujer, pero es un hecho que esto sigue siendo así, y de nada sirve teorizar sobre lo que es o no es un hecho repetido. Parece evidente que si en el sector privado se reduce la empleabilidad de la mujer al tener un hijo, principalmente por la necesidad de horas para cuidarlo y la consecuente reducción de jornada/excedencia, eliminar esta necesidad parece obvio que romperá la barrera derivada de ello. Y aunque el acceso al empleo no es algo subjetivo en la Administración, y por ende dicha barrera no existe, sí que hay otras consecuencias derivadas de las reducciones de jornada, el tiempo dedicado a la crianza etc etc.


Entrando en un análisis mas concreto de cómo afecta esta política de guardería gratuita a los empleados, a nivel de roles de género y recursos, es bastante evidente que genera las condiciones para que haya una mayor igualdad a la hora del desarrollo laboral de los funcionarios del Ministerio. Si no es necesario que ninguno de los progenitores tenga una excedencia o una reducción de jornada para encargarse del niño, la posibilidad (mayor) de que sea la mujer la que quede en una posición desigual tiende a 0, más allá de las decisiones individuales de cada persona, que no parece apropiado juzgar desde la perspectiva de la desigualdad. Si dos personas trabajan las mismas horas, y sin entrar en las diferencias intrínsecas del puesto de trabajo, habrá de facto una igualdad salarial. Además, las posibilidades de promoción interna no se ven afectadas dado que la disponibilidad para puestos que requieran mayor carga de trabajo es total al no necesitar adaptaciones de jornada. De esta forma, parece evidente que cualquier aspecto económico o laboral que pudiese verse afectado por la maternidad no tiene ningún componente de desigualdad, logrando eliminar una de las pocas barreras que pudiese haber en las Administraciones Públicas, una vez garantizada la igualdad en el acceso y en la promoción. Respecto a la representación de las mujeres en las decisiones relativas a esto, desconozco la que tuvieron, pero parece poco relevante quien tome la decisión si esto conlleva la reducción o eliminación de un foco de desigualdad.


Es imposible realizar un análisis de cómo afectan estas políticas debido, por un lado, a la reciente creación del Ministerio como ente independiente, con las movilidades y puestos nuevos que esto conlleva, y por otro la imposibilidad de consulta de los datos del Ministerio de Trabajo debido al reciente hackeo que hace imposible acceder a su plataforma. De todas formas, siendo un tipo de política que ha tenido éxito casi siempre que se ha aplicado, nada hace pensar que el impacto no haya sido positivo (aunque en menor medida al partir de una posición más igualitaria de base). Mujeres y hombres obtienen beneficios económicos (por el hecho de ahorrarse este servicio, la necesidad de excedencia, de reducción de jornada…), unido a los beneficios inherentes que supone tener al niño cerca y no tener que desplazarse en caso de cualquier problema que ocurra. 


Parece sencillo hacer un análisis de los puntos fuertes y débiles que supone tener un servicio de guardería en el lugar de trabajo, sobre todo porque los débiles no parecen muy abundantes precisamente, incluso asumiendo que el servicio no funciona como mecanismo de reducción de la desigualdad, siempre daría beneficios evidentes a los trabajadores, aunque sean económicos y en disponibilidad temporal. Pero parece difícil defender que no tiene impacto a la hora de reducir la necesidad de pedir excedencias para el cuidado del menor cuando se hace por necesidad de hacerse cargo de éste, así como de reducciones de jornada para poder encargarse de él. Quizás el único punto donde puede tener algún “pero” es en aquellos trabajos que requieran hacer tardes, donde el acceso (la voluntad de acceso más bien) no se vería minimizado por esta política y la brecha seguiría existiendo. De todas formas, parece obvio que este servicio es una política clave para eliminar la desigualdad laboral, y probablemente el punto más importante a desarrollar no solo en las Administraciones Públicas, sino a nivel global, para reducir las diferencias entre géneros en el mercado de trabajo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Tarea 2

Reto 0